¿Eres un/a Procrastinador/a?

“Lo haré mañana”, “no tengo todos los materiales necesarios para hacer este trabajo”, “no me siento con ánimo de hacer esta tarea”, “mejor veré una serie de televisión”, ¿estas frases te parecen conocidas?

Estoy segura que en algún momento has dicho algunas de estas afirmaciones cuando decides dejar para después realizar alguna acción, actividad o tomar una decisión que quizás no es de tu agrado.

Lo que estás haciendo se llama procrastinar.

Procrastinar es la práctica de posponer o retrasar tareas, situaciones o responsabilidades sustituyéndolas por otras actividades que te resultan más agradables pero que en definitiva tienen un carácter de irrelevantes o son de poca importancia.

Cuando procrastinas estás evadiendo, es decir, eludiendo enfrentar un compromiso o asumir una responsabilidad, refugiándote en otras actividades.

Estudios realizados por Quant & Sánchez (2012) indican que aproximadamente el 61% de las personas latinas procrastinan y el 20% lo hacen de manera crónica, lo que refleja un patrón de conducta recurrente.

¿Por qué procrastinamos?

Procrastinar se asocia a provocar de forma voluntaria la demora de actividades ya programadas. Es una dificultad que no solo encierra el hecho de la postergación, sino que se asocia a nivel psicológico con la sensación de ansiedad que genera una tarea pendiente de concluir.

Algunos confunden procrastinar con la pereza, pero va más allá de eso pues contempla la parte emocional de la persona, así como su comportamiento ante situaciones a las cuales no le ha prestado la debida atención y que se puede convertir en un detonante provocando un malestar que puede afectar la salud mental.

Procrastinar trae consecuencias negativas tanto en lo personal como en lo organizacional impactando desde los aspectos emocionales, sociales, profesional y en el logro de los objetivos de la empresa pues afecta la productividad y el desempeño. Genera estrés y ansiedad el saber que tienes próximo una fecha y requieres cumplir, pero no encuentras la forma o el camino a resolverlo.

Si lo vemos desde el punto de vista de tus sueños y metas, procrastinar impide que los materialices pues provoca una paralización e inacción.

De una forma u otra todos hemos postergado cosas que debíamos hacer, pero hay personas que hacen de la procrastinación su forma de vida, continuamente se comportan así y siempre dejan literalmente todo para mañana.

Algunas de las razones más comunes de por qué procrastinamos son:

  1. Falta de claridad de tus objetivos y metas
  2. Miedo al fracaso
  3. Hábitos destructivos
  4. Hacer muchas cosas a la vez
  5. Falta de concentración
  6. Indisciplina
  7.  Querer hacer las cosas perfectas

La procrastinación se traduce básicamente en un problema de gestión del tiempo, pues el estar posponiendo las cosas está demostrando no tener hábitos, fuerza de voluntad ni disciplina.

Es importante resaltar que en un reloj o calendario nunca encontrarás un parámetro de tiempo que diga “algún día” por tanto si quieres comenzar a cambiar y dejar de procrastinar debes hacer conciencia de que tienes un problema.

Recomendaciones para dejar de procrastinar

Una de las recomendaciones para comenzar a dejar de procrastinar es conocer y aplicar la matriz de gestión del tiempo de Eisenhower cuyo esquema te presento a continuación:

El cuadrante No. I Urgente-Importante, se encuentran actividades que hay que hacerlas ya porque no pueden esperar, tales como:

  • Crisis
  • Fechas topes
  • Clientes enojados
  • Un hijo/a enfermo
  • Goma pinchada

El cuadrante No. II No Urgente-Importante, se encuentran las actividades que se programan, que se planifican por su importancia e impacto, entre estas cabe mencionar:

  • Planificación y Preparación
  • Educación
  • Capacitación y Desarrollo
  • Desarrollo de relaciones
  • Renovación personal
  • Vacaciones

El cuadrante No. III Urgente-No Importante, se encuentran las actividades que se delegan porque pueden ser asumidas por otras personas, entre las cuales están:

  • Interrupciones
  • Asuntos que crean premura
  • Algunos correos electrónicos
  • Reuniones o llamadas
  • Prioridades de otras personas

El cuadrante No. IV No Urgente-No Importante, se encuentran las actividades que no agregan valor y que pueden ser eliminadas, tales como:

  • Exceso juegos computadoras o correos electrónicos
  • Exceso redes
  • TV
  • Internet sin objetivo
  • Conversaciones sin importancia

Si analizas la matriz el cuadrante en el que debes pasar más tiempo es el No. II pues son las tareas que aportan valor a nivel personal y organizacional. Otro cuadrante que te ayudará a tomar acción el cuadrante No. III, pues aprender a delegar te permitirá hacer espacio a los asuntos estratégicos y que requieren verdaderamente tu atención.

Otras recomendaciones para no postergar tareas son:

  1. Divide en pequeñas tareas si estas frente a un proyecto o actividad muy grande.
  2. Prioriza los aspectos que añaden valor y delega los demás.
  3. Establece fechas limites y compromete a cumplirlas.
  4. Usa un sistema de listar actividades y seleccionar las que estén relacionadas directamente con tus sueños y metas.
  5. Usa un planificador semanal y evalúa lo logrado cada semana.
  6. Multiplica por dos el tiempo que estás programando dedicar a una tarea.
  7. Contrata un coach personal y/o recibe entrenamientos de gestión del tiempo y productividad.

Procrastinar te aleja de desarrollar tus planes y metas, te paraliza y te hace sentir cada vez mas inseguro/a de tus talentos y habilidades por tanto es imprescindible que te decidas ya y aprendas técnicas y herramientas que te ayuden a evitar postergar acciones y actividades que te harán más productivo/a y te generarán bienestar y felicidad.

¡Con afecto!

“Lo que tengas que hacer, da un primer paso y simplemente hazlo”

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