La influencia de un padre y líder extraordinario

A propósito de que en la República Dominicana se celebra el Día del Padre el último domingo del mes de julio, es una excelente oportunidad para reconocer a todos los hombres que están presentes en la vida de sus hijos/as y ejercen una paternidad responsable.

Es oportuno compartirles la historia de un padre dominicano que trabajó en una institución del Estado llamada Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) como supervisor de las brigadas de corte.

La principal función de este equipo era revisar que los usuarios del servicio de agua tuvieran sus pagos al día. En caso contrario, esta brigada tenía la responsabilidad de suspender o, como decimos los dominicanos, “cortar el servicio”.

Este supervisor acostumbraba a almorzar todos los días donde una de sus hijas y, por coincidencia, esa ubicación le quedaba dentro de la zona de trabajo que tenía asignada. 

Sucede que en una ocasión, cuando fue a almorzar, antes de subir al apartamento de su hija, aprovechó y realizó una revisión percatándose de que ese edificio presentaba una situación con la CAASD y tenía una orden para suspender el servicio de agua. Ni corto ni perezoso procedió a ejecutar dicha orden, incluyendo el apartamento de su hija, hasta tanto los inquilinos realizaran el pago correspondiente. 

Su compañero de brigada previamente le había advertido:

-Mire, aquí vive su hija.

-Pero no ha pagado, pues aquí tengo la orden de corte-, le respondió.

El compañero se mostró incrédulo, ya que nunca antes había visto algo parecido. 

Después de proceder, el supervisor subió, informó lo sucedido a su hija, almorzó, tomó café, echó una siesta y retornó con normalidad a su trabajo.

Un padre y líder auténtico

El protagonista de esta historia verdadera es mi padre Fernando Fernández, conocido cariñosamente como Don Fre, y hoy reconozco en su proceder una de las características más importantes de un líder auténtico que es la integridad. Actuaba acorde a lo que decía. En otras palabras, había coherencia entre sus pensamientos y actos.

Cuando analizo las características de un líder puedo afirmar que mi padre poseía grandes dotes de liderazgo, por las siguientes razones:

  1. Contó con una elevada cultura aun cuando no concluyó sus estudios de bachiller, reflejando su decisión de crecer intencionalmente. 
  2. La autodisciplina para lograr levantarse todos los días a las 4:00 a. m. para trabajar y asegurar el sustento a su familia.
  3. Su visión y amor incondicional para que sus hijos e hijas estudiaran y se desarrollaran como personas y profesionales fueron sus grandes méritos.
  4. Su gracia para contar historias, disfrutar de las cosas sencillas de la vida como escuchar música, saborear la comida o disfrutar un buen café, son muestras de tener una filosofía de vida siempre optimista y alegre.
  5. Su solidaridad e interés con sus vecinos lo hacían destacarse y ser altamente apreciado y valorado en su comunidad.
  6. Su forma de comunicarse abiertamente, sin prejuicios, respetando la opinión de los demás, fueron de sus principales atributos.
  7. Modelaba con el ejemplo.

¡Qué afortunados somos mis hermanos/as y yo de haber tenido como padre un hombre excepcional! Sus consejos y sabiduría fueron un regalo que tuvimos el privilegio de vivir.

Nos dejó un gran legado: ser un gran ser humano, padre y líder no tiene que ver con recursos económicos ni posición ni título, más bien tiene que ver con el carácter, los principios, el don de gente y un inmenso amor por los demás.

De modo que a ti, que tienes el gran reto de ser padre y líder auténtico sobre todo en este tiempo, ten claro que ejerces influencia en tus hijos/as y eres su modelo a seguir. Deseo que seas tan buen padre como lo fue el mío y que tus hijos te recuerden con tanto amor y admiración.

Aquí les dejo un hermoso poema, de autor desconocido, y publicado en el libro de John Maxwell “Desarrolle el líder que está en usted”

El pequeño que me sigue

“Quiero ser muy cuidadoso, porque un pequeño me sigue.

No quiero desviarme, porque temo que él me siga.

No escapo de su mirada.

Lo que yo soy, también lo intenta.

Como yo soy, quiere ser el pequeño que me sigue.

Así que debo recordar mientras viva,

en los veranos soleados y la nieve de inviernos,

que estoy construyendo los años de un pequeño que me sigue”.

¡Con afecto!                                             

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